AUSENCIAS

AUSENCIAS

Sentada cabizbaja la vi en su sillón, en un rincón de su habitación,  exhausta, la mirada obnubilada, perdida, a saber cual pudieran ser sus pensamientos o si realmente estaba meditando en ese instante, me adelante apresurada intentado apreciar más de cerca lo que rondaba por su mente, la mire a los ojos por un momento…sus pupilas dilatas mirando a un punto fijo hacia ninguna parte, fiel reflejo de que algo sucedía, sus ojos no brillaban ni chispeaban como era habitual en ella, no hablaban desde dentro con solo mirarte, aún así,  esa mirada ausente, muda,  quería decir mucho y me tenía inquieta y trastornada, intentado averiguar qué….se me clavaba incesantemente, una  y otra vez en mi memoria, fue en ese instante, que me pareció ver, en la comisura de sus labios asomaba una sonrisa , me hizo transportar tiempo atrás y me pareció entrever ese paso del tiempo marcado en su mirada

Seguí observándola algo más relajada y a la vez inquieta…fumaba un cigarrillo y el humo se enredaba en su cabello y se esfumaba tras la rendija del cristal de la ventana que estaba justo tras de sí….el brillo de su sedosa melena, suave, templada y cálida, se hacía irresistible y el aroma de perfume que emanaba su piel era envolvente, una fragancia melodiosa, me embriagaba, como siempre desde niña,  era como estar oliendo las notas de las cuerdas hilvanadas de jazmín y azahar de  un violín enamorado a la luz de las teclas de un piano apasionado, tocado y rendido de amor, mimado en las manos  del mejor compositor, jamás soñado…me deleitaba ese embrujo, ese duende que noche tras noche me arropaba con un beso, una delicia difícilmente olvidada…mi corazón vibraba incesante y sus pálpitos cada vez se hacían más acelerados, latían más aprisa, podía vivir mis fibrilaciones…mientras mi respiración se hacía más intensa, la suya era cada vez más pausada y equilibrada, un remanso de paz, sentí una ganas irrefrenables de abrazarla y apoyar mi cabeza sobre su pecho y sin poder resistir lo inevitable, así lo hice, entonces sentí su mano acariciando y jugueteando con uno de los rizos de mi pelo agradecido…siempre me gustó que me hurgara en la cabeza, incluso a fin de liberarme de esos piojos que solía traer a la vuelta del cole, me  hacía sentir tan bien, que para mi era casi un honor dar cobijo a estos incómodos bichitos, pues sabía cual placentera era la recompensa… en este preciso momento, una voz protectora, susurraba y con voz suave y calma, casi tenue y sin aliento  preguntó…

Que haces aún levantada…está amaneciendo, como es que no te has ido aún a la cama…que horitas de venir son estas…entonces  alcé mi mirada hacía ella y sonriendo, roce con mis dedos su rostro y pasee por unos segundos sobre esas, sus arrugas, a cada cual más bellas, en un arrojo de cariño y respondí…

Mama, recién me he levantado ahora mismo, ya he crecido y madurado, ya no soy aquella niña alocada que amanecía para dormir y dormía al amanecer, ahora trasnocho para dormir y  duermo para amanecer, me acuesto a la sombra de la luna, duermo con las estrellas y me levanto con el sol…se quedo mirándome fijamente, en silencio y con un guiño de complicidad me ofreció su mano...y así juntitas la dos, las manos entrelazadas, nos quedamos dormidas en un plácido sueño, mientras los rayos de sol que traspasaban los visillos tras la ventana, mecían el aZul del cielo y el trinar de los pájaros entonaban una nana al son del baile de una mariposa, que revoloteaba coqueta sus alas, posada sobre el cristal

♫♫♫♥ ƸӜƷ ♥♫♫♫ J)